(Hechos 16. 16-34) A pesar de recibir una terrible paliza, y de estar amarrados a un cepo como prisioneros, a la medianoche Pablo y Silas comenzaron a orar y cantar himnos a DIOS en la cárcel (16-25). De seguro que la posibilidad de ellos moverse era limitada, pero ejercitaban la más grande de las libertades la de ADORAR. Además, tenían un público cautivo sus compañeros de prisión. De repente un terremoto interrumpió el servicio de «oración y alabanzas», las puertas de la prisión se abrieron milagrosamente, los prisioneros estaban más interesados en el
mensaje de Pablo que en escaparse de la prisión en donde estaban, y esto llamo la atención del carcelero hasta llegar al punto de reconocer que lo que fuera que tuvieran Pablo y Silas él lo quería también y esa noche o madrugada el carcelero y su familia recibieron a JESUS como SEÑOR y SALVADOR de sus vidas.
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No debemos nunca subestimar el poder de la alabanza a DIOS, especialmente cuando pasemos por momentos difíciles. La alabanza SACUDE las cosas dentro y alrededor de nosotros. Si la oración es comunicación con DIOS, la alabanza y la adoración son formas puras de comunicación, porque ENFOCAN enteramente nuestra atención en DIOS.
Cada vez que las practiquemos, nos acercaremos mas a DIOS y al hacerlo, las cosas cambiaran a nuestro favor, las cadenas serán rotas, las puertas cerradas serán abiertas y obtendremos libertad y venceremos!!!
Adoración y Alabanza… ¡esa es la clave!
Escrito por: Melissa A. Guilamo.
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